viernes, 19 de agosto de 2016

4 de agosto 2016

Desde cualquier lugar, ordena al equipo.


 El fútbol que defiende el DT Almada se basa en automatismos colectivos que están por encima de las individualidades. La cultura del toque. Fidelidad a la posesión. La conservación de la pelota es buena si los pases encuentran al hombre libre. El gol es colectivo.
Matías es necesario para que el juego pueda orientarse de manera coordinada y continua. Interior especifico para desarrollar con garantías el juego de posición.
Su inteligencia emocional nunca está cansada cuando el partido requiere de una respuesta heroica.
Se filtra entre líneas como 8 retrasado para doblar la marca con el 5, da persistencia a la jugada, sostiene la pelota y sale conduciendo de situaciones comprometidas, o cambia los lugares de recepción sin que con ello se pierda eficacia en la circulación del cuero. En cancha no importa cuánto tiempo tengas la pelota, sino la calidad de las posesiones, la capacidad para saber qué hacer cuando la tengas y la forma de posicionarte cuando no la poseas. Barcelona organiza su fútbol a la velocidad de Oyola con el objetivo de que Díaz decida. La mejor forma de superar la línea de presión oponente es con apoyos cortos y la capacidad de los talentos canarios de situarse a la espalda del rival. La paciencia como virtud para encontrar espacios:
Según crece la jugada, Oyola se añade a los de arriba  para despejar pasillos, agrandar las líneas de pase y  conectarlo todo. Convirtiéndose en el hombre que orquesta la movilidad de los suyos. Dada su habilidad para mejorar a los demás. El liderazgo no siempre está asociado al rango, porque no es lo mismo autoridad que carisma.

AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

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