viernes, 19 de agosto de 2016

27 de julio de 2016.

Un solo grito: Olé


La importancia de  Matías Oyola empezó en su ausencia. No fue una falta menor. Valor de referencia.
Quita, toca y acompaña, sino mete el gol, sale en la foto. Lo que agota, lo que desconcentra es no tener el balón. Matías y Damián sensibilidades parecidas: toque sistemático y circuito creador. Los encargados de la elaboración del juego. Damián Díaz ha logrado dos cosas: mando sobre la pelota y mando sobre el adversario. Se activa de manija. Mete pelota al claro en el momento justo, con la velocidad y efecto necesarios. Con marca encima y sin tiempo para pensar. No requiere de tensión competitiva, sino motivación equilibrada. Líder técnico, transmite pasión, intimida al adversario, en un equipo que repitió valores estratégicos: Apoyos al medio centro y al defensa que sale conduciendo a la espalda de la primera línea de presión adversaria. Repliegue, recuperación y posesión. Todos los pases son a dos toques, 
salvo la devolución de la pared. Los jugadores actúan a una velocidad que les permite ser precisos para marcar 51 goles y recibir 19. Ganar 15 partidos, perder 5 y empatar 2. Barcelona no solo ganó, también humilló a sus adversarios. El fútbol reparte crueldad y gloria sin discriminar entre estilos. 
El juego posicional no cambia: dos extremos y Jonathan Álvez (13 goles). 
Si define en diagonal lo hace con tiro al primer palo arriba (nunca de rastrón) o cruzado al segundo madero. Cuanto más cerca está de la portería y del arquero, remata al palo lejano. Amaga ir a los ángulos cerrados, pero termina cabeceando en el medio del área, para que el rival caiga en su propio vacío.

Ab. ROBERTO BONAFONT-@RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

Si un jugador no tiene noción de sus debilidades, difícilmente puede mejorar. La disciplina es una escuela de aprendizaje. El reto de todo p...