sábado, 28 de mayo de 2016

25 de mayo 2016

Barcelona compite consigo mismo ¡y gana él!



El equipo canario trata de recuperar la pelota en menos de 50 segundos, 
para correr la contra. Si encuentran la zona débil del oponente se vuelven incontestables. Fútbol desde la tenencia y acumulación de pases como método ofensivo. Ante Mushuc Runa, Matías recibió y levantó pared con Minda, Álvez tuvo rebeldía para buscar el claro ganador, su toque llenó de dudas a la presión adversaria. Penilla dominó, abrió la grieta  y anotó (7). Premisa básica: El equipo se entiende bien con el balón y con el resultado. Las consignas claras: Defender no es embestir. La cultura del esfuerzo en duelos de once contra once en máxima intensidad. Técnica individual aplicada a las distintas velocidades. Prohibido perder el balón en salida. 
Se necesitan muchos pases para tener al rival encerrado en su campo. Matías es hombre libre, el grado máximo de superioridad posicional que existe en el equipo. Al talento de marca, nadie lo marca. Díaz juega sin ansiedad, velocidad pausada sin caer en la imprecisión. Velasco es ágil con buena diagonal interior. Sus acciones sobre los 30 metros finales, son más de último pase que centros. Contra Mushuc Runa tuvo una asistencia definitiva y categórica para Osvaldo Minda. El medio centro ganador en duelo aéreo, 
la picó abajo, el portero la soltó y Álvez con frialdad y puntería embocó (8). Jonathan se reserva esas insólitas genialidades. Descolgado o pendulando entre dos marcas oponentes. Explosivo en esfuerzos cortos. Potencia en las piernas significa quiebre violento. Juega por encima de lo notable. 
Liderazgo abrumador. 
Siempre tiene a su favor un arma dominante: La iniciativa.

AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

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