jueves, 19 de mayo de 2016

Ningún jugador es tan bueno como todos juntos.


De Felippe nunca podrá explicar el 5-0, en 25 minutos su equipo recibió tres goles. Emelec jugó demasiada pelota sobre la presión del rival, nunca salió del ahogo rival. Barcelona consiguió orden con la pelota, sin balón como mucho estaba organizado.  El balón ordenó al once amarillo. Lo recuperó  en el mismo sitio donde lo perdió.  

Emelec hizo punto de partida retrasado, esperó en campo propio, sin utilizar la posesión defensiva del espacio. 
Nunca estuvo atento a la intención del adversario poseedor del esférico, olvidando que esa es la mejor manifestación de la cobertura.  Jonathan Álvez tocó y se movió con despliegue al servicio de la pelota, sea para recuperarla o para recibirla. Dictó el tiempo, agilizó el juego desde el medio y buscó el área. Los centrales no sabían cuándo salir de la zona, lo que generó claros detrás de ellos. No siempre la jugada amarilla llegó por elaboración colectiva, también hubo inspiración individual. Libre de Díaz  dejó la pelota colgada en el rincón del área donde todos olvidaron a Velasco, cabezazo y gol (1-0). 

No se puede hacer presión sin reducción de espacios y superioridad numérica. La presión debe hacerse sobre la pelota. Emelec olvidó esa estrategia. Lastra , Guagua y Moreno no pudieron con la agudeza ni el regate de Álvez, él  habilitó a Matías quien hizo de lo espontáneo una constante, Díaz que era un hecho táctico en sí mismo, antes de recibirla sabía donde ponerla. (2-0). Damián desde el córner simplificó, ubicó el balón para Penilla, descuidado por la marca. Cuando intentó meterse en ruido del área, Achilier lo tomó abajo. 

Matías Oyola jugador estructural, de libre puso la pelota en el mismo sitio donde la había dejado Díaz: la vieja madera del palo segundo (3-0). Orden táctico y compromiso. De Felippe en el segundo acto intentó la aparición testimonial del antiguo método: recuperar y tener el balón, pero sin marca escalonada, salieron de a uno. Ocuparon zonas pero no marcaron por presión. Matías estaba para desenredar la jugada; Álvez no tenía el espacio de maniobra restringido, Eric Castillo midió su pique y asistió, Vera recibió y bailoteó arriba de la pelota, tres controles y toque a la red (4-0). Pase ofensivo de Banguera , Álvez peinó la pelota, asistió a Eric Castillo, fue un pase que se ajustó al receptor, Achilier se lanzó sobre la pelota con mano abierta, penal. Álvez completó el recital gatillando el impacto definitivo ante una red sin custodia. 

La derrota es temporal. Lo irreversible es la decepción.

Ab. Roberto Bonafont - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

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