Todo pasa por el apoyo defensivo. Se pierde tenencia y van tres líneas interiores por detrás de la pelota con firmeza y equilibrio. La recuperación es inmediata,
diez segundos máximo. No puede ser individual, presión individual es igual a presión inútil.
Dentro del bloque interior se evitan las recepciones oponentes.
Se defiende 1x1 en la pelota parada y se dobla la apuesta por las posesiones largas, hasta que aparezca el pase vertical de Burbano, P. Quiñónez o Lastra. Para Burbano lo importante es tomar al adversario fuera de equilibrio, con su cuerpo volcado en la dirección contraria a la salida del dribbling.
Quinteros exige un extremo muy abierto para obligar al rival a estirarse y que aparezcan grietas por dentro para la llegada de los nombres propios:
Miller Bolaños la toca siempre, no la tiene nunca. La pelota ya no está.
La marca no la puede encontrar. Hace del toque un camino obligatorio y placentero. Ángel Mena a medida que se acerca al área, se aclara, no se nubla.
Su gambeta es una combinación de control de pelota, movimiento de cuerpo, equilibrio, aceleración, a las cuales Angelito agrega un toque de magia.
La inspiración sola no basta, se necesita mecánica colectiva bien explicada.
De qué manera. No se ataca igual: si estás en el área grande, que si te encuentras en campo abierto.
Ab. Roberto Bonafont - @RobertoBonafont
COLUMNISTA