viernes, 3 de octubre de 2014

Queda poco margen para el error.


La táctica la puede imponer Rubén Israel pero la estrategia la hacen los jugadores. No siempre controlar la pelota significa controlar el partido.

Defender como unidad funcional, no mediante suma de comportamientos individuales. Defender no es interrumpir el juego.

Evitar recepciones de los adversarios más avanzados en zonas interiores cercanas al arco de Banguera.

El relevo se hace cuando se pierde el balón, nunca antes, la virtud de Matías Oyola. Evitar ser desbordados, retomando posiciones retrasadas. Al punta oponente debe tomarlo Bolaños. Si lo toma el central queda desprotegido y lejos de su área. Si sacas un central ya tienes un espacio donde meter una pelota. 
No puede un central ir tan lejos.

El desdoblamiento interior: un defensa corta avance, pasa y ataca, el medio centro ocupa su posición.

Tener abiertos a los extremos Suárez- Penilla con las botas llenas de cal de las bandas. Se sale jugando con los que tienen manejo. Ely interior, astuto y analista, cuando se cruza en diagonal abre callejones para los compañeros que se internan desde la derecha al centro. El equipo necesita de su genialidad individual. 

La pelota es lo que define. Junto a la táctica, el trato que el equipo le da a la pelota, es el principal factor para definir su funcionamiento. El toque sistematizado Penilla-Esterilla es punto clave. Juego de posición, fútbol elaborado. Pases a un toque que borran la presión adversaria. 

Ismael Blanco sabe lastimar en espacios abiertos: su estrategia favorita. Un 9 de área que factura buscando pelota larga. Cambia urgencia por precisión. 

AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA  

Romario Caicedo

Si un jugador no tiene noción de sus debilidades, difícilmente puede mejorar. La disciplina es una escuela de aprendizaje. El reto de todo p...