viernes, 29 de abril de 2016

Goleadores llenos de prodigios e inventos.



Cristian Penilla (6): Gasta y descose la pelota. Silencioso por convicción, goleador a grandes saltos, resuelve con fugacidad. Levanta paredes con Ely;  toma la manija cuando el equipo acusa un impacto y afloja. Talento criterioso que combina inteligencia y sentido de juego en bloque. Facilidad de pegada a la salida del dribbling, 
para el toque corto, el pase largo o el tiro al arco. No renuncia al balón. Asiste con ventaja, sin rivales encima. Toca en el momento justo sin desafinar. Ely Esterilla (4): Agarra el contrabajo, interpreta el concepto de tocar y moverse. Escapa de la vigilancia de la marca. Impone despliegue y rigor. Valor hombre. Donde todos aportan algo importante, lo suyo es fundamental. Muestra argumento creador con los metros necesarios para elaborar ideas. Detiene la pelota, levanta la cabeza, razona, no choca, maniobra y limpia el terreno. 
La trama del gol en primer plano. Verdugo implacable de lejos. 
Walter Chalá (5): Cintura de relámpago e idoneidad en el esquive; 
se perfila bien para salir velozmente sobre la misma recepción. 
De intempestiva entrada al área, no le hace falta mirar al portero, 
misil y adentro. Cerebral, medido, remata desde cualquier rincón.
Jonathan Álvez (5): Tiene memorizados sus movimientos en zona reducida, con marca alrededor. Su reacción es instantánea. Su olfato para elegir el momento y aplicar el golpe justo sigue siendo notable. Sereno, pausa, mira y elige cuando llega el momento. 
Un nueve indescifrable. Una relación conmocionante la red.
Ángel Mena (4): todo lujo y talento sin caídas anímicas. Inventa y ejecuta. Puede clavar el freno y hacer pasar de largo al contrario con la sutileza de un enganche de revés o un túnel exacto; sabe el destino justo de la pelota antes de recibirla. Puede dormirla sobre el empeine dominante aunque llegue de arriba y con efecto envenenado. 
Cuando el rival está tambaleante, lo liquida, porque si lo deja reaccionar se convierte en imbatible. La pelota en sus pies es tiempo detenido. Durante un momento apenas perceptible. Hasta que él decide continuar y el balón obedecer. Su velocidad está relacionada con la gambeta. Es un coleccionista de hazañas con remate alucinante.

AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

Si un jugador no tiene noción de sus debilidades, difícilmente puede mejorar. La disciplina es una escuela de aprendizaje. El reto de todo p...