viernes, 21 de agosto de 2015

En fútbol, no arriesgar es lo más arriesgado.


¿Barcelona puede jugar con doble punta ? Existe una ley marcada a fuego en el fútbol, con el doble 9. El delantero que está cercano a la zona del balón, dicta el movimiento. Será el segundo punta el que se adapte a él, dependiendo de la celeridad de su compañero. Movimiento coordinado: Si Blanco es el más próximo a la pelota, Wila tendrá que realizar un giro contrario distrayendo la marca. 
Los dos se anulan si hacen la misma jugada. El miedo al error castiga la confianza. El espacio es cada vez más pequeño y el tiempo de reacción minúsculo. 

Almada pretende un modelo integrado. Unir talentos. Un pase tras otro, uno o dos toques como máximo. Intensidad por los cuatro costados del campo. 

La referencia de la posición debe ser un mandamiento. En la práctica trata de desplegar una defensa de cuatro; doble pivote delante de esa línea, iniciadores del juego en fase defensiva; Alemán como falso extremo zurdo, un organizador desplegado. Talento que encuentra los claros que imaginó antes del partido, conecta la medular y el ataque. Almada pidió un diez de fantasía de juego pausado y elaborado para que acompañe a Brahian. No arriesgar por las bandas es lo más arriesgado. Se necesita laterales de esencia ofensiva, sin olvidar los achiques orilleros, que pisen la base de la jugada para dar salida. Laterales de asistencias pensadas, esas que buscan la llegada de frente de Blanco que encuentra a los defensores en retroceso. Posesión de balón significa movimiento y el movimiento requiere de inteligencia emocional.

AB. Roberto Bonafont - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

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