viernes, 5 de diciembre de 2014

El fútbol es un desafío colectivo.


Zubeldía sabe llegar con mensaje directo e ideas claras.  Cada sector del campo requiere un modo de jugar diferente y una velocidad distinta. La intensidad sólo es caracterizada si va asociada a la concentración.

Domínguez analiza rivales: "este se perfila por dentro", "aquél denuncia el remate", "ojo con el que cambia de pie sorpresivamente" Arquero de línea de gol y de toda el área. Síntesis de eficacia y estilo. Es el mejor, en el puesto sin términos medios. Héroe o culpable. 

Enrique Vera: sagacidad más temperamento. No arriesga la pelota en las habilitaciones. Tranquiliza las líneas cuando todos desesperan. Escudo protector en la medular; corta la fluidez del toque rival.

Reasco: marca y achica con vehemencia. Quita balón sin la mancha del foul. Talento con amplitud, jugador de profundidad. 

Hidalgo: ordena y transmite conceptos. A veces retrocede colocándose cerca de los centrales, en otras es nexo entre los delanteros. Talento proletario identificado con la tarea anónima. Anula la mejor arma del contrario. 

Morales mete pelota larga con fuerza y fineza, buscando el cruce sorpresivo de un compañero. Crea el claro que nadie encuentra. El armado rápido y progresivo en ataque. 

Matamoros: sin maniobra brillante, 
pero simplificando, abreviando el trámite. Tocando y saliendo. Un repertorio de enganches y frenos. Gasta la pelota. 

Anangonó: busca el rebote, gira y tira sin acomodarse. Mete piques en busca de pases. Usa la cabeza con la sensibilidad de un empeine. Resuelve con una genialidad inesperada.

AB. Roberto Bonafont - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

Si un jugador no tiene noción de sus debilidades, difícilmente puede mejorar. La disciplina es una escuela de aprendizaje. El reto de todo p...