viernes, 14 de noviembre de 2014

Desafiando al destino.


Jaime Ayoví está en la cultura del elogio, lleva el estallido del gol por dentro (7). 
Da lo que tiene para merecer lo que le falta. Inventa pases entre pasillos. 
El entorno en Godoy Cruz lo fortalece. Intérprete de alta elaboración. 
Toca, rompe línea de marca y pasa. Cambio de ritmo, freno en seco. Imprescindible en los espacios reducidos del área grande.

No está bien cerrado un ciclo si no se dejan las llaves adentro. 
¨En Tijuana no me fue de lo mejor, en Argentina me reencontré con las piolas¨, dialogó con su confianza. Se refugia en la pelota. Talento inspirador, jugador columna. El gol es colectivo. Cuando no está en el área pica desde la derecha, llega en apoyo, genera superioridad, garantizando la velocidad del balón con fiereza y orden. El arco y Ayoví nunca dejaron de  ser amigos. 

Guionista del buen trato de balón, se maneja incesante con los interiores que se muestran en diferentes alturas. En futbol el talento nos diferencia, la táctica nos iguala. Bien perfilado gana tiempo. Corre frena y distrae; elige el remate a los ángulos, nunca apunta al arquero. Juega cerca de sus compañeros, para que el pase sea más rápido y preciso.  

De cabezazo incontrolable, su fuerza la saca desde la cintura. Hábil para girar, no se deja anticipar. Amaga ir en una dirección y cambia el sentido. Todas las jugadas ofensivas de Godoy Cruz lo incluyen sin excepción, por su capacidad para visionar de forma rápida, pensando en el gol desde cualquier lugar del campo. 
Jaime Ayoví mucho personaje.

Ab. Roberto Bonafont - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

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