lunes, 1 de septiembre de 2014

VIERNES 29 DE AGOSTO DE 2014

SU LEYENDA PESA


Si los volantes no presionan con vigor a oponentes que superan la mitad de la cancha, si se achica con poca convicción y sugestivamente no provocan el fuera de juego ante lanzamientos frontales, el arquero caminará durante los noventa minutos al borde de un abismo. Para que aquello no ocurra está Alex Bolaños. Nadie como él para estar siempre libre. Para resolver el destino del balón antes de que llegue. Nadie como él para manejar la circulación, para detener el tiempo, cuando es necesario o para acelerar el toque cuando el rival está desarmado. Nadie como Bolaños para intuir lo que hará el adversario. Se prodiga en disparos lejanos. Podemos leer más potencia que precisión. Su capacidad de mando no necesita expresarse con el grito humillante o el gesto dramático. 
Da indicaciones hasta cuando está tirado en el piso. Capaz de transformar una situación desfavorable, porque intuye en el acto los puntos débiles del contrario y corrige sin retraso las grietas del canario. En ese medio juego de choques y entreveros es capaz de correr al delantero rival hasta donde fuera, quitarle la pelota y pasar al ataque. Talento de equipo, más de adentro que de tribuna, con cada movimiento de Bolaños descubrimos que el equilibrio no tiene que ver tan sólo con la fuerza. Cubre los vacíos  con un desplazamiento de aplanadora. 
Serena la pelota, equilibra la medular, tocando corto en retroceso y a los costados. Vuelo creador, hombre faro cuando su equipo anda ofensivamente a oscuras.

AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

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