viernes, 6 de mayo de 2016

Fútbol por dentro



Librado Azcona le acorta los tiempos de llegada al gol. Realizó 15 atajadas ante River Plate (Argentina) de 35 remates al arco. Fue la figura excluyente y sentido de pertenencia de  Independiente clasificado a cuartos de final en la Libertadores. Azcona sigue fiel a esa imagen de hombre capaz de pulverizar la indiferencia. Lo emociona el vértigo, aunque -a veces- debajo no tenga red. 
No se queda entre los palos anda en el área entreverado con suscompañeros, muy adelantado. Elástico, cimbreante, fuerte y hasta inconmovible. Se coloca donde la pelota tiene que llegar. Solidez, seguridad, por momentos da la sensación de que ataja con facilidad. Sus movimientos son medidos. Nada de más, ninguna tendencia suicida, lo más sencillo. 
Pero los tiros suelen ir a los ángulos largos y hay que arriesgarse. Entonces Azcona atraviesa el aire y trae la pelota voladora apresada con sus manos. 
El reloj del fútbol marca la hora de los humildes.

Jonathan Álvez (6): cuando la feroz imposición de ganar flota como amenaza, él maneja su ángulo emocional. No le pierde pisada al rival, y le hace sentir la firmeza de su entrada ante quien fuera. Luce la solvencia de los cracks hechos para partidos difíciles. Anticipando y attenti a cubrir cualquier emergencia; la técnica es hermana del talento. El toque justo para aligerar el avance. La pisada necesaria para tranquilizar la pelota en el área. Todo el panorama de una imaginación que resuelve, y que corre. Que llega al gol. Capaz de transformar un situación desfavorable, porque intuye en el acto los puntos débiles del adversario y corrige sin demora las grietas de su equipo. 
En Álvez se da la síntesis: transpiración y calidad.

Guanca (4) es explosivo y perturbador, no pide tregua, al contrario enciende el fuego y desde su eje desata tempestades. No es lo mismo sentirse dueño de algo que estar de paso. Ahora nadie discute su titularidad. Siente el inequívoco trepitar de la multitud, que lo aprueba Es una pesadilla vertical agónica, inexplicable para quien lo marca. Ahora Guanca resuelve con jerarquía lo que el adversario no codifica: su potente remate de gol.

Ab. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

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