lunes, 23 de marzo de 2015

Zubeldía y la zona.


No deberá existir ningún claro libre cerca de la pelota que pueda ser aprovechado por el adversario.
El objetivo es hacer el campo más pequeño, y así dificultar la conservación de balón por parte del oponente. Se defiende hombre-hombre y la referencia es el adversario. Se defiende en zona y la referencia es la pelota. 
El jugador que trabaja hombre en zona debe estar concentrado en el esférico, en la medida que tiene como referencia no sólo al  adversario sino el espacio. 
Para evitar el contraataque es fundamental cubrir el medio porque si la jugada va por el costado se tiene la alternativa de tapar el centro atrás del oponente cuando gana fondo. Si por el medio está todo cubierto se evita el pase filtrado a la espalda del pivote defensivo y centrales blancos. La mejor forma de defender es no dejar de atacar. Morales, juego de toque pausado pero directo. 
Castillo y  Mina cabecean hasta los ladrillos. Mina engancha, tiene tiro. 
Recibe la pelota y queda posicionado; coordina salto con frentazo. Imposible  tomarlo en el arranque. Pisa fuerte el área. No bien un defensor deja botar la pelota ya se la robó. Esa tranquilidad que muestra en la cancha, ese medio giro perfecto no bien acecha la oportunidad o la ventaja,  pasa a ser torbellino en un pique que puede prolongarse hasta 40 metros con una extraordinaria defensa física de la pelota. Miller Castillo rodeado de defensores, en una superficie donde no es fácil sacar el pie para el impulso, él crea el zarpazo. De cabeza llega con tiempo y panorama adecuados, para que el remate tenga fuerza y dirección. 
Su control dirigido en maniobra con velocidad es único.

Ab. Roberto Bonafont - @RobertoBonafont
Columnista

Romario Caicedo

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