Tienen centrales de buen juego aéreo; fijan al rematador rival en marcaje férreo y le manejan el espacio entre dos. Los medio centros se sitúan garantizando la zona de rebote.
Contra Ecuador el sistema sería de tres centrales, en una línea de cinco cerrada: Giménez, Lugano, Godín; dos laterales: Maxi Pereira y Silva (Fucile); triple pivotes Gargano, Arévalo Ríos y Rodríguez; Cavani y Suárez arriba.
Este equipo maneja dos filosofías de ataque: la posesión corta de balón y la ofensiva directa.
Cuando la reorganización defensiva no es posible, aplican la falta táctica.
Evitan que les pasen sus líneas con balón controlado.
El mayor problema de Uruguay es cuando el ataque adversario se desarrolla con cambios de orientación (cambios de frente); de afuera hacia dentro, de adentro hacia fuera.
Con el 4-3-3, Lodeiro va de lanzador; González como volante a la derecha de Arévalo Ríos y Rodríguez a la zurda. Se pierde el balón y Cavani actúa de cuarto volante, delante de Maxi Pereira, y de Uruguay hace doble línea de cuatro. Se recupera pelota y Cavani queda liberado al ataque por el centro.
El maestro Tabárez también se juega por el 4-2-1-3 (Uruguay-Colombia): Gargano cerca de Arévalo Ríos; Ramírez de enganche, detrás de Cavani, Suárez y Stuani para hacer la contra con superioridad numérica, sin renunciar al ataque posicional.
Equipo que resigna elaboración en la medular para ganar presencia ofensiva directa.
Ab. Roberto Bonafont - @RobertoBonafont
COLUMNISTA
