Emelec actúa por momentos bien y por instantes no tanto.
El resto es un recorrer sin zonas grises. Sus jugadores manejan un orden y son compatibles entre sí. Se arma el entramado desde el arco. Dreer deslumbra, con brillo y rango de goalkeeper gana partido, por posicionamiento, reacción y efectividad. Ataja de manera instintiva, ve antes la jugada.
Tiene un sentido de anticipo agudo, para llegar a la pelota presionando al delantero que ha creído estar solo y sin apremio. Especialista en el área pequeña, previene. Su capacidad para el juego aéreo depende de posicionamiento y decisión. Gana rebote o segunda jugada. Ágil de grandes reflejos, mejoró su fortaleza mental para automotivarse. En el mano a mano bloquea con los pies, una característica no común en porteros sudamericanos. Nunca se rinde, tiene gran alcance de brazos por su estatura. La identidad es lo que a un equipo le da garantía, para que los jugadores sepan que funciones tienen. La estrategia es lo que ayuda recortar claros para reducir el margen de maniobra del rival. Ayuda a recuperar la pelota en bloque. Disimula la ausencia de enormes talentos. El jugador debe ir a la cancha con una pauta aprendida, después él decide, porque en un partido hay mucha improvisación. Un encuentro tiene capítulos pequeños. A veces las escenas se vinculan y a veces no. Una jugada puede cambiar el estado de ánimo del jugador. El entrenador está para orientar con indicaciones. Brayan Angulo, ante defensas pobladas su gambeta es más espaciada, la reemplazó con dos innovaciones: el toque de primera en la devolución y remate relámpago en el área.
Tiene la fuerza de un leñador y posee carácter a prueba de golpes. Desequilibrio abrumador, para adversarios que no saben cómo pararlo, cuándo salirle, cuándo esperarlo. El sello de lo inesperado, lo desconcertante y por momentos lo genial. Impronta y estilo. Porque desmarcarse es más efectivo y valioso que moverse.
AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA
