viernes, 1 de junio de 2018
Pase y control
El valor táctico de Matías Oyola reside en su capacidad para descifrar lo que le va ofreciendo el partido. Recupera, defiende y gesta.
Garantiza buen pase, sobre todo tenencia para llegar zona de definición. Jugar mejor que el adversario es tratar que el adversario no juegue.
Se muestra a recepciones de pared para darle continuidad a la acción. Es el 8 de los toques interminables. Coloca la pelota en el sitio exacto a diez centímetros del pie del compañero. Crea un clima técnico y emocional, seguridad en el manejo y claridad para meter la penúltima pelota. Llega antes. Actúa como metrónomo, su calidad y visión de juego le permiten llevar la batuta de recuperación y ataque.
Barcelona sufre su ausencia, no tiene recambio.
La distancia que separa la duda del miedo, es tan corta como un par de malos pases. El hombre faro del Bombillo es el wing izquierdo.
Su fútbol tiene tempo, espacios y engaños. Es rápido cuando le llega el balón, corre y frena, engancha por los perfiles. Distrae, sabe dónde está el adversario y dónde está el cuero. Aprendió a jugar contra la pelota. Interpreta los movimientos del contrincante para saltar a la presión con fiereza y atrevimiento. Es el que conecta a Angulo y Burbano con el resto del equipo. Extremo rematador, también centrocampista extra.
Es la opción añadida a todas las fases del juego. Sostiene la pelota arriba para que los volantes salgan de frente. Dicta el ritmo.
No juega para ser explicado sino para ser disfrutado.
Líder y jugador complementario.
La táctica consiste en crear complicaciones y reducir la calidad del rival para ponerlo a tu nivel. Liga pierde en el juego y gana en las pinceladas, en los detalles. Supera a cualquiera en crear oportunidades de gol, por tener grandes cracks para castigar al rival. Barcos articula los ataques, ganando tiempo a la jugada y dándole continuidad con entregas inteligentes a favor de Rodríguez, Guerrero y los Julio, siempre descolgados. No se pierde el impulso positivo.
Entre las labores del entrenador está saber que en algún momento el rival lo van a dominar, porque es imposible tener el control absoluto de las acciones. Es cuando el nivel de inteligencia del equipo se mide,
por la cantidad de tiempo que logra resistir sin pelota y ganar.
AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA
Romario Caicedo
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