viernes, 4 de mayo de 2018

9 de Marzo



SE LE SUBIÓ EL DUENDE DEL DESAFÍO

La visión del fútbol es integral, un pase rápido bien dirigido a un compañero que se ofrezca libre, es la mejor forma de hacer que el adversario llegue tarde y que el jugador azul gane ese medio metro para salir de la presión. Cuando se mueve el balón con lentitud, malgastando la técnica, se termina perdiendo el juego de posición.

Fútbol asociativo: Emelec utiliza al arquero para crear superioridad en salida. Dreer es decido, arquero gana partido. Acorta distancias, va en diagonal achicando sobre la pelota.

No se posiciona muy atrás. No se juega muy dentro arco. 
Tiene ubicación, reduce los ángulos del área. Nunca se ubica muy dentro del arco. Cuando va hacia delante achica la portería, su punto de partida es la frontal del área chica. Salvo que la pelota esté picando, porque ahí tiene que retroceder. Arquero con inventiva.

Si a los extremos azules les hacen marcaje al hombre, los laterales  se ofrecen como interiores de salida.

Dixon Arrollo interpreta el juego con naturalidad, es un manual con pies. Poco nombre mucho fútbol. Figura como 5 de quite y velocidad. Aparece cuando el juego atraviesa por fases brillantes y momentos de sombra.

Nelson Solís es un peldaño intermedio entre el cinco y el nexo ofensivo. Ralentiza. Le pega a la pelota con sensibilidad extraordinaria: 
un estilista. Da fluidez al juego; precisión para entregar el balón. En la zona ancha es dominante. Distrae por dentro. El funcionamiento azul lo lleva a participar de un fútbol elaborado de muchos pases.

El uso del tercer hombre es indefendible:

Ayrton y  Angulo juegan directo a la espalda de los rivales. Desbloquean superioridades. Saben qué hacer, si están rodeados. “Cuco” es elástico y potente, para encarar sin descanso. Controla según la lectura del pase. Demuestra ingenio, vive un momento de esplendor como tercer hombre. Ayrton ejerce de extremo, conductor o medio punta, va mirando la pelota y el pie del rival; tiene en su campo visual lo que pasa en 30 metros. Intuye donde va a ir la pelota. Angulo distrae por fuera y se desmarca por dentro. Por técnica puede salir a recibir y tocar corto; por físico puede pelear en largo; por estatura se inventa el gol arriba. Nunca un paso de más con la pelota, nunca le complica la entrega al compañero, nunca deja de aplicar la impronta en el momento y sitio indicados. 
Juega el panorama del arco. Después de veinticuatro toques de sus compañeros ante el City, golpeó la pelota de rabona,  para que entre justa al lado del palo, y el arquero se quede mirando sin saber por dónde metió el balón. Alucinante. Se le subió el duende del desafío.

AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

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