viernes, 10 de noviembre de 2017

El fútbol es obra incompleta cuando no se tiene gol


Guagua encuentra en Mejía su complemento. Manejan el anticipo, la intuición y el cambio de marca. En una zona donde debe asegurarse la entrega, para empezar los ataques.
El que llega con la pelota tiene más velocidad, más arranque que el que espera como defensor. Marcar es neutralizar las características del adversario. No se puede tomar a todos de la misma manera. Los habilidosos deben ser anticipados, a los rápidos se les puede dejar un metro. Quizá no hacen daño con la pelota al pie, pero si con balón lanzado en profundidad, es preferible tenerlo cerca. Al habilidoso no, porque gira te encara y te borra. Paredes quita, toca, pone y sabe. 
Un buen lateral de recorrido y apariciones peligrosas. Lastra respalda, cubre, hace relevo, es una tranquilidad para Gaibor, que se suelta más, porque está protegido. Ayrton aclara el juego. Piensa antes que la marca, mira la jugada, se perfila para tener un campo visual grande y no una vista parcial de la jugada, sino la totalidad del campo. Al recibir el balón hace dos pasos laterales y se frena, para crear duda en el rival. Auxilia a Bagüí, respalda al lateral. La raya  lo ordena. Es cerebral para administrar el balón. Emelec ocupa racionalmente el ancho del campo. Al creativo le da libertad. El punto de partida del equipo es el orden para que brille el talento.
Mondaini tiene precisión y velocidad mental para resolver en zonas congestionadas. Analiza la salida, no compromete la pelota. En el rescate de la jugada, su responsabilidad no queda aislada. Se conecta con todas las líneas. En los avances tiene pase valor gol. Fluidez y desahogo del ‘Bombillo’ . Emelec crea un juego de posición simple en sus consignas pero con bajo porcentaje de efectividad frente al arco rival.

AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

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