Colocar a España bajo una reducción espacio-tiempo implica hacer el campo pequeño cerca del balón y en esta medida hacer uso del desdoble.
Cerrar las líneas de pase no implica acosar a España, sino estar predispuesto para condicionar las zonas de circulación del balón: orillas y medular. Los mediocampistas rojos son maestros del control orientado hacia la portería adversaria. Perder balones es la antesala de ceder el control del partido. La parte principal de una buena defensa es la motivación; la defensa es el envión de la ofensiva, sin ella la fórmula no funciona. El todo es más que la suma de las partes. La zona presionante para Ecuador representa solidaridad, responsabilidad y compromiso de equipo. Su velocidad técnica va de lo individual a lo colectivo.
Velocidad: el balón tocado mucho y retenido poco.
La velocidad en el juego ecuatoriano depende de la calidad técnica, visión periférica y sentido creativo de sus jugadores.
Las ilusiones perdidas son verdades halladas, se nos fue Benítez, nos quedamos solo con Felipao. En la vivienda más humilde o en el cuarto infantil más lujoso nunca cuelgan el póster de un defensor que pega patadas, el admirado siempre es el goleador.
Un gol es un temblor de un momento, un mimo del destino, una felicidad de otros. La vida es un adiós con estaciones.
Justo cuando Narciso le hacía un lugar angosto a la nostalgia recibió una noticia corta y feliz: Volver.
El mundo es como un espejo que devuelve a cada persona el reflejo de sus propios pensamientos. Narciso juega al fútbol en el América como si en lugar de envolverse los pies con botines estuvieran calzados de imaginación. La imaginación es la voz del atrevimiento en el área. Narciso regresa para reemplazar a Benítez, un mito mayúsculo que nunca se pretendió mito.
Ab. Roberto Bonafont - @RobertoBonafont
COLUMNISTA
