El tiempo es el mejor
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Banguera dibujó un largo pase ofensivo y Damonte rechazó mal de cabeza.
Damián Díaz cruzó desde la lejanía un remate al palo opuesto. Fue un trueno que
sacudió la rutina. El partido que imaginó Costas fue el que finalmente se dio.
Le interrumpieron los circuitos al rival y, cuando recuperaban la pelota la
manejaban con paciencia, utilizando el ancho del campo hasta encontrar espacios
para atacar y fue recital, ante Nacional de fútbol pesado y previsible.
Nazareno abrió el campo dando salida al balón, se incorporó al ataque doblando
al extremo, haciendo triángulo con Arroyo y Matías Oyola. Hizo desmarque de
ruptura, gambeteó y soltó para Nahuelpán quien gatilló libre (2-0). Los
jugadores uruguayos parecían fantasmas. Abreu de cabeza descontó (1-2):
solución individual y pobreza colectiva. Nacional sin toque en el medio. Creaba
muy pocas situaciones de gol por ese camino. Confiaba en lo que podían inventar
sus jugadores de mayor calidad. Doble amarilla para Perlaza por agarrón a Abreu
(74´). El juez Osses sacó una segunda amarilla a Lembo, pero olvidó expulsarlo,
el jugador continuó en cancha por cinco minutos. Sobre el final del partido,
Damonte le pegó un guadañazo en el área a Díaz. Osses gritó: "No es
penal" y que siga el baile. Recoba de pase imborrable, asistió a Alonso y
fue empate a dos. Abreu y Recoba demostraron que el orgullo alcanzaba para
ganarle al pasado.
A los equipos hay que medirlos por los resultados, pero también por lo
que dejan. Barcelona tiene el método memorizado. El canario maneja dinámica y
juego estático; jugadas trabajadas a balón parado. El tiempo es el mejor autor.
Damián Díaz volvió a ser el intérprete lírico, porque los grandes jugadores
tienen memoria. Regresó con su gambeta de fábula y su línea de pase a la red. Talento infinito jugando
de crack.
AB. Roberto Bonafont - @robertobonafont
COLUMNISTA