viernes, 26 de octubre de 2012


Arroyo, un optimista que da esperanzas

El fútbol no es un tema numérico, a veces un defensor impide un gol y cinco no. Pero los grandes cuadros no responden por zonas, sino como unidades que arrancan en el número uno y terminan en el once. El temple es el complemento insustituible de todo lo que el DT pueda proponer en el pizarrón. Las pequeñas sociedades son las que otorgan equilibrio, aseguran la recuperación y la posesión del balón. Existen jugadores que se descuidan por exceso de confianza y otros por falta de confianza.   Hay una ley del fútbol escrita con letra de fuego, cruel y exacta, que afirma que uno debe crecer o, en caso contrario, paga más por seguir siendo el mismo.
Son pocos los talentos que pueden actuar en ataque con eficacia y conocimiento de cada una de las funciones. Arroyo tiene un manual incorporado e interpreta el partido con una naturalidad sorprendente. Como extremo recupera más que cualquiera y distribuye mejor que nadie. 
Está para tapar, dar salida, manejar la pelota, armar avances y llegar acompañando. Definidor nato desde lejos. Sin equivocarse en instancias comprometidas. Si está de enganche le da sentido al toque con pases y apariciones en espacios que él inventa en el camino.
Michael Arroyo es un estilo hecho de equilibrio, armonía, respeto por la pelota; nunca una innovación de más, nunca un acorde forzado, nunca una nota triste. Un estilo vistoso de riqueza técnica, de pisadas de balón, toques al pie y al claro, que humilla gambeteando.
Arroyo en zona de distracción facilita la partida en condiciones de ventaja; llega al arco contrario por los caminos más despejados, más libres de obstáculos, los más directos. Un extremo que muestra intelecto y generosidad en equilibradas dosis. La técnica se aprende, es repetir un gesto hasta lograr automatismo. 
El extremo zurdo vive en zona de definición, aquella última etapa antes de que la red se mueva.

Ab. Roberto Bonafont - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

Si un jugador no tiene noción de sus debilidades, difícilmente puede mejorar. La disciplina es una escuela de aprendizaje. El reto de todo p...