Las claves de Ecuador
La selección ecuatoriana aplicará ante Paraguay un 4-3-2-1. Este sistema
garantizará calidad de recuperación y circulación de la pelota. Cuando hay más
líneas, hay más triángulos (para recuperar balón, para tocar balón) y todo se
hace más fácil, porque los jugadores están en juego de posición e intuyen el
espacio. El campo se achica, y de ese modo el espacio está mejor dividido para
las responsabilidades y obligaciones.
Cuando Paraguay esté desequilibrado se podrá recuperar el balón. No tener
la pelota agotará a Ecuador, se perderá el control del juego. La transición
defensa-ataque debe ser vertical. La asistencia en vertical no es un pase de
riesgo, porque se tendrá siempre a los jugadores detrás de la línea de la
pelota. Jugar la pelota larga sí es un pase de aventura.
Al aplicar doble cinco más un volante de equilibrio, las jugadas de
estrategia las realizará el mediocentro más defensivo: Cristian Noboa. Cuando
Paraguay ataque con muchos y consiga superioridad numérica sobre la última
línea defensiva, Noboa se filtrará entre los centrales, para poder soltar a uno
de ellos (Campos o Erazo) en tareas de líbero. Y se agrandará la línea. Diego
Calderón y Achilier serían los laterales.
Saritama y Méndez (Minda) tendrán mayores tareas ofensivas (sin descuidar
la recuperación de balón), sobre todo para el aprovechamiento de callejones
interiores y llegada a la zona de rebote o de segunda jugada. Los tres
jugadores deben temporizar el partido (ritmo de juego), según las
circunstancias que más le convengan al equipo. Paraguay pondría a Nery
Caballero y Haedo Valdez dentro del área. Cristian Noboa mantendrá la posición
por delante de los centrales (8-10 metros). Marcará hombre en zona y otorgará
equilibrio en función del balón, achicando el margen de maniobra del rival.
La virtud de Saritama es su máxima visión del campo de juego, su visión
periférica: selección de los compañeros mejor situados. Es un fundamentalista
para la transición defensa-ataque. Su posición exige un trabajo espléndido y
poco fulgurante. Prefiere cortar 12 balones, robar entre líneas, que tirar dos
paredes cortas; le da igual morder la partida del balón que barrer la zona,
porque está para equilibrar el trabajo de los demás. Su posición de volante le
exige ser astuto, pensar ligero, decidir rápido y ejecutar sencillo.
Ecuador presionará al rival sobre la orilla con tres jugadores: dos en la
banda y un mediocentro temporizador. Se presionará al jugador con balón y los
apoyos próximos. Se atacará desde la marca, recuperando la pelota y creando el
ataque en la misma jugada. No rechazando el balón, sino recuperándolo para la
propuesta ofensiva.
Cuando Antonio Valencia (extremo derecho) presione a su oponente por la
orilla, el otro extremo (Walter Ayoví) cerrará a la altura de Saritama,
calculando distancias. Walter Ayoví evitará que le ganen la espalda con un
cambio de orientación (cambio de frente) de los extremos paraguayos. Valencia y
su desmarque de apoyo prestarán ayuda al compañero que lo necesite, pero sin
llegar a sobrepasarlo.
El desmarque de ruptura de Antonio Valencia determinará la dirección,
manera y momento oportuno del pase; siempre estará vacío de marca para la
descarga del compañero que haga tenencia de pelota. Es la mejor arma
ecuatoriana para darle profundidad al juego ofensivo.
Roberto Bonafont, columnista