Cuando Alex Aguinaga llegó a Barcelona (más que un club de fútbol,es un estado de ánimo del Pueblo),la realidad era deprimente.Sin tierra,sin cielo,sin buenos resultados:los truenos de la ira.Al entrenador sólo le quedaba elegir el destino.El mejor remedio para el dolor es hacerlo amigo.Mostrar las llagas al sol.Apeló a los sentimientos y se la jugó por un cambio de mentalidad para poner en claro las ideas.
Aguinaga es un convencido de la importancia de la estructura del equipo.La misma que se mide por tres cosas:Tener grandeza. Sentido de autocrítica y capacidad para sobreponerse a la fatalidad.Las charlas tácticas,no las da en sólo día,sino en toda la semana.Al entrenador no le interesa que su equipo sea ancho a la altura de los medio campistas,sino más arriba,y para aquello tiene que circular la pelota de un lado a otro,hasta encontrar la jugada.El DT impone su filosofía de juego sobre el terreno (4-2-3-1),pero no en el marcador.Al equipo aún le cuesta ordenarse y jugar de memoria.El medio campo es el que debe regular la pelota y marcar el ritmo del partido.La defensa y el ataque lo definen.
Si el jugador está convencido de lo que hace es un espíritu invensible.
Aguinaga tiene muchos méritos.Habla bajito,pero sabe imponer su autoridad.Porque el mismo jugador que para matar una pelota,hace poco necesitaba una granada de mano,ahora ofrece el muelle de su pecho,la baja amaestrada,levanta la mirada furtiva,localiza al compañero,la entrega con claridad ,para el que recibe haga lo mismo y así,otra vez y vaya tejiéndose un ataque que lastime.
Un personaje concreto
Aguinaga a sus jugadores les ayuda a razonar con serena modestia, y sentencia :¨Que los claros desocupados son más fundamentales que los adversarios¨.Siete días atrás escribió en la frente de cada futbolísta :¨Cuando entren al vestuario,no quiero que tengan fuerzas ni para sacarse los botines,peor la camiseta.Porque una cosa es salir a la cancha y otra distinta es salir a ganar¨.Está claro que a un DT sólo se le conoce bien,cuando le toca perder.Es entonces cuando pone a prueba su carácter, el peso de su instinto, y la energía de sus convicciones.
El jugador que escribió la historia más brillante de la Selección de Ecuador y del Necaxa,ahora como entrenador pondrá su primer capítulo.
No hay pianistas que desconozcan a Chopin,ni grandes cantantes
que ignoren a Serrat,ni grandes pintores que se hagan los distraídos con Salvador Dalí,ni grandes jugadores que no sepan de Alex Aguinaga.Dentro de muchos,pero muchísimos años estará como Bethoven un poco sordo para escuchar el susurro ambiente de la tribuna,pero recordará que el estadio Azteca,el gran teatro de sus recitales,existió.Tal vez el gran Alex estará un poco viejo para volver a trotar sobre el pasto mínimo del Monumental,pero el aroma del césped húmedo lo pondrá melancólico,estará sin memoria y con pocos amigos.Tendrá un viejo balón en sus pies y llorará con el.Estará parado en la cornisa de su vida.Y mirará al cielo y,será inmortal.Porque tendrá más noches que la luna.
Romario Caicedo
Si un jugador no tiene noción de sus debilidades, difícilmente puede mejorar. La disciplina es una escuela de aprendizaje. El reto de todo p...

-
Si un jugador no tiene noción de sus debilidades, difícilmente puede mejorar. La disciplina es una escuela de aprendizaje. El reto de todo p...
-
Dentro del equilibrio técnica-temperamento, Ecuador por momentos se acercó a ese ideal. De a ratos, se alejó. En la primera parte es...
-
Ismael Rescalvo patentó en Emelec: defensa zonal con roles definidos para sus centrales: Leguizamón se responsabiliza de la pelota y Vega va...