viernes, 21 de septiembre de 2018

Entre la gambeta y la estrategia


Todo cuadro necesita un entrenador. Es el que envía mensajes de valores. En fútbol no funciona la autogestión de los jugadores. Almada pule virtudes y esconde los defectos de su oncena. No está dos a cero a bajo a los 20 minutos o tres a uno a los 70 minutos. No hace tiempo con jugadores caídos en dramas. Acerca armas nobles y una idea bien ejecutada. Bajo su consejo el inteligente mejora, pensando y el intuitivo, olfateando. El automatismo le quita ansiedad al jugador, le ayuda a sentirse seguro, porque es lo memorizado, lo entrenado, lo preestablecido. Si sale bien llega a lo máximo, a lo que ya sabían. Almada es más que su reputación de buen entrenador.

Los mandamientos de la estrategia:
Los grandes jugadores están sostenidos por una idea de equipo. La búsqueda desesperada del éxito sin mirar el contenido es suicidio. Querer llegar a un lugar sin saber cómo, es ganar como sea, faltando a la esencia del juego.
Cuando eres inferior al adversario no puedes ir golpe por golpe, es una ingenuidad táctica fulminante. Se defiende mal porque no se maneja bien la pelota.
No se elige perder, es una posibilidad del juego.
Hay que marcar en ataque cuando se esté en posesión, porque cuando se pierde el balón, podrían aparecer tres atacantes a galope, corriendo 60 metros con el cuero, si se sale de a uno sin poder cortar la contra, es gol.
Se debe tomar en cuenta la fortaleza del rival y reducirla lo más que se pueda.
Volvió desde el fondo de la historia: Michael Arroyo se reinventó, a su juego ingenioso, le incorporó mentalidad colectiva. Ninguna faceta hechiza más que su gambeta.
Su interpretación para hacer lo que pide la jugada es generosa. Hace más que sombra al lateral o cinco adversarios. Al medio centro le obliga a hacer pases para atrás o a los costados. No le sobra un regate, es un extremo armador, más global, que necesita jugadores por delante de su posición para asistirlos. Va bien por la raya amagando, frenado en seco y saliendo por el sitio menos pensado, pero más peligroso podría ser por dentro. Michael Arroyo el crack del fútbol solidario.

AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

Romario Caicedo

Si un jugador no tiene noción de sus debilidades, difícilmente puede mejorar. La disciplina es una escuela de aprendizaje. El reto de todo p...