viernes, 3 de agosto de 2018

Damián Díaz



En partidos donde no hay espacios no solo se necesita la jugada personal o la inspiración. Hay que coordinar movimientos, eso significa apoyarse en lo trabajado; en ese momento hay que buscar más las certezas que inventar y probar.

Barcelona tiene el balón y reparte las posiciones. Si pierde dos salidas, la siguiente juega en largo.

Defender bien es lograr que el arquero no sea la figura del partido. 
Un equipo se arma de atrás para adelante, si los de atrás no dan confianza los de adelante juegan preocupados. Damián Díaz es un jugador épico por historia. Retrasa su posición y se expande; ve la jugada y se orienta. Pasa el balón en el tiempo justo y crecen sus compañeros. Lo que puede ser un grupo de prometedoras individualidades se vuelve un equipo guiado desde la imaginación del diez. Su talento contagia. Simplifica, es un jugador de resumen. 
Hace un doble esfuerzo; retrasa su posición 20 metros para iniciar las jugadas, luego avanza para terminarlas. 
El funcionamiento o la cultura corporativa es donde el once canario se refugia, por encima de las individualidades. Prohibido pensar que los contrincantes terminan derrotándose solos. Con algo muy elemental como la doble línea de cuatro, a veces los rivales pueden desactivar todo el invento. Los puntos no los dan por cuantos pases se hacen para llegar de un arco al otro. Esa es una mala interpretación del juego. La posesión abrumadora  frívola, genera tedio, hay que ponerle explosión arriba: Cambio de ritmo, paredes o la herramienta estratégica de balón parado. Córner de Díaz y Arreaga de frentazo cortó el camino de la pelota y resolvió, indescifrable, 1-0. 
Damián arrollador desde el rincón de la bandera, cambió para Marques de tiro irregular, Arreaga percibió el claro y fue depredador, 2-0. El gran hermano del manija: el córner. Lanzó para olímpico, si no lo fue se le pareció mucho, gol delirante, Barcelona 3-1 El Nacional. Díaz lleva cosas diferentes a la última zona, cuando un compañero pica, se la coloca en cortada, como si pegara un tajo en la defensa adversaria.


AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA

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