Liga es un equipo de pases cortos y movimientos breves, no requiere de grandes espacios para clarificar la jugada. Está hecho para atacar y defender con la pelota. Nadie traslada en exceso. El bloque se mueve en 40 metros, el balón va de un lugar al otro y los jugadores reciben a diferentes alturas. Hernán Barcos es un talento integral, aparece en momentos y lugares específicos. Estratega que pone pelota de gol. Se desmarca caminando, pica gambeteando. Acelera, cambia el sentido de la jugada, se recorta hacia el interior. Todo un repertorio de definiciones abierto. No existe antídoto para contrarrestarlo. Los defensores le doblan la marca por dentro para evitar su remate. Él va calculando la jugada para tener margen en definición. Percibe el claro y es depredador. Encuentra el camino más corto entre el lugar donde recibir la pelota y el gol. Cuando se cae el funcionamiento trabaja de héroe. José Quintero releva posicionalmente cuando se pierde la pelota. No deja evolucionar al adversario. Propone juego, no hay riesgo más grande que no hacerlo. Produce un efecto contagio. Primero toca y después corre. Es imparable en la conclusión de la jugada. Prefiere la eficacia al adorno. Cambia el paso cuando percibe que su compañero está necesitado de una descarga. Cárdenas marca el ritmo, le pone pensamiento al vértigo del partido. Está hecho de corrida, freno e intensidad. Encuentra salidas por senderos imprevisibles. Mezcla el pase corto con el lanzamiento largo. Atrae la marca con pausa para luego cambiar la zona de juego, provoca en un lado y toca al sector débil. Johan Julio solo corre detrás de balones peligrosos, esos que si los alcanza, se convierten en medio gol. Vive del amague, le hace creer al adversario algo diferente a lo que termina haciendo. Rompe todo desde la orilla. Delantero descomunal de gran zancada y manejo de las dos piernas. Tiene un efecto determinante. Nunca marcó dos goles iguales.
AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA
