La final...
Carlos Ischia, DT de D. Quito, no le
acerca al equipo un verso exagerado y científico. Tiene la virtud de llevar la
teoría a la práctica (3-4-3 o 4-3-3). Su equipo juega con el toque como punto
de partida.
Marcelo Elizaga: tiene un sentido de anticipo agudo, para llegar a la
pelota, presionando al delantero que ha creído estar solo y sin apremios.
Campos: talento puro en libre alternado y o libre simple, invariable
sobriedad.
Álex Bolaños, medio centro: rompiendo la media cancha, cortando el enlace
ofensivo rival; mete fuerte en zona de disputa. Defiende la pelota con el
cuerpo, facilitando la llegada de sus compañeros para habilitarlos.
Osvaldo Minda: potente en la lucha aérea, recuperando y pivoteando, gana a
los lanzadores rivales por demolición.
Con "la Hormiga" y Fidel aparecieron los espacios por todas
partes, resucitaron las paredes y las gambetas, y el toque lució sus mejores
galas.
Paredes: un toque, un freno, un cambio de perfil. Siempre la pelota sale
con la medida exacta que parece fácil de cortar, pero que se hace inalcanzable,
porque tiene el equilibrio adecuado para que pase a 20 centímetros del rival.
Fidel Martínez: su lirismo está para sacar ventaja. Nunca se preocupó por
intentar lo que no podía.
Bevacqua: un goleador inteligente
que tiene la facultad de vender su buzón de amague.
Emelec crea duelos de uno por uno en todo el campo. Idea de juego definida
más identidad.
La consigna es clara: colocar dos delanteros para evitar la salida del
balón de los centrales y medio centro. Realiza una zona presionante a lo largo
y ancho del campo.
Equipo de toque y movilidad, su virtud es el aprovechamiento de los
espacios libres. Las posiciones dinámicas, la intensidad y la circulación, son
detalles básicos, para provocar el error y la fatiga del adversario; su fuerte
está en el cambio de orientación de la pelota. Presión en primera línea,
achique de espacios al límite. Crea muchas situaciones de gol, le falta
efectividad en el área.
Zumba: superior en decisión, reflejos y capacidad de recuperación para jugar
situaciones desesperadas.
Achilier: la notoria capacidad como
cazador de balones. Deja el aliento en el cogote del delantero rival.
Morante: sabe donde está cada uno de sus compañeros antes de llegar al
balón.
Pedro Quiñónez: su facilidad de
manejo es muy superior a la aparente tosquedad de su figura y su
desplazamiento. Es un jugador importante como agente de destrucción.
Méndez: maneja dos estilos de cambio de orientación del balón. Para
mantener la posesión de la pelota de forma eficaz: se la juega en asistencia a
un compañero en pase horizontal. El segundo cambio de orientación: juega el
esférico al espacio con pase en diagonal, para que aparezca por la banda un
volante lateral o extremo, en un desmarque de ruptura, vacío de marca.
Fernando Gaibor: es un fantasista
sin malgastar el balón. Resume visión de juego y técnica. Ataca desde el
anticipo.
Ab. Roberto
Bonafont.
COLUMNISTA