Un lágrima interminable
Rubén Insúa demostró que puede sostenerse en pie y no mezquinar el rostro a la crítica;cuando la tristeza lastima.Cuando el espíritu está lacerado.La última imagen que nos dejó el canario después de la caída ante D.Quito fue:la mirada al cielo del entrenador,buscando respuesta espectral,o la expresión desolada de todo el equipo.
Dentro de una sinfónica,aunque cuente con brillantes intérpretes,sino no hay quien dirija la función,la partitura de Bach surge fría y sin vida.Y el fútbol tiene mucho de melodía o preludio.Al canario le falta el talento que mande sobre la pelota.Que le saque música al balón.Ahora se está dudando de la capacidad táctica de Rubén Insúa.En este oficio es más fácil ser admirado que amado.
La derrota generalmente es el gancho más rápido para llegar al abismo depresivo.Y es la que convierte el aliento en susurro,el verde del pasto en oscura trama,la esperanza en escepticismo.
Los equipos de mecanismo fácil, se manejan con los instintos naturales de sus talentos y lo calculan todo,incluso el desgaste de energía.
Son equipos que dan prioridad a la seguridad y a los pequeños detalles,de modo que no se agrietan nunca en las transiciones.
Barcelona quiere atacar rápido,cuando su estilo es crear ocasiones desde la paciencia.No empujando el partido.El canario no es sólido,defiende por acumulación,cerca de la portería.Dentro del área no se toma hombre,ni se marca al vacío (gol de Bevacqua de cabeza).El mediocampo carece de cobertura.Aquello se puede conseguir con buenas referencias zonales,equilibrando el bloque
de 25 metros con sentido colectivo (más allá de la línea de cinco o
de cuatro),pero crear juego es otra cosa,hay jugadores que para dar un pase a un compañero a ocho metros,necesitan una hoja de ruta.El equipo no tiene audacia para el gol.Necesita recobrar: la disciplina en las posiciones.Tenencia de pelota como idea básica.El juego de apoyo constante.El movimiento a dos toques.Al aficionado no le molesta la falta de talento de algunos jugadores,sino la falta solidaridad y entrega.
Una leyenda japonesa cuenta de tres monos sabios (Mizaru,Kikazaru y Iwazaru).Uno no habla,el otro no vé y el tercero no escucha.Pero,el que no habla,vé y escucha.El que no vé,habla y escucha.Y el que no escucha habla y vé.Por lo tanto,los tres unidos pueden captarlo todo.No son tan sabios por no hablar,no ver o no escuchar.Son sabios por haberse unido en la desgracia y tener solidaridad.
Barcelona entre siempre y jamás.Un siempre abre futuro y horizonte.Un jamás se hace abismo y oscuridad.
viernes, 25 de marzo de 2011
Romario Caicedo
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