Brayan Angulo posee intuición desarrollada. Noción de los claros. Percepción de lo que puede hacer la marca rival. Goleador y después todo lo demás. Llega vacío al remate.
Fluye entre el orden y la libertad. No se lo puede tomar mano a mano. Ni reducirlo.
Se lo puede marcar alejándolo de la zona de remate. Incomodándolo. Llevándolo a la distracción. Angulo es un nueve de carácter al que lo rescata su equipo. Un gran talento como Mondaini está librado a lo que decida su inspiración y habilidad. Aparece en las acciones decisivas.
En la continuidad de la jugada. Talento voraz. Su cambio de ritmo funciona en dos sentidos: pasa de cien a cero y de cero a cien en dos pasos. Medio giro sobre la pierna de apoyo.
Mete la pelota en la última zona cuando un compañero pica adentro, se la coloca de rastrón en cortada, como si pegara un tajo en la defensa oponente. Ayrton Preciado tiene ingenio. Gambeta desconcertante e inapelable . A sus remates solo le interesan los rincones de la portería. Crea diferentes estrategias de acuerdo a lo que va ocurriendo en el partido.
Remata sin codificador: tres goles en Libertadores. Pedro Quiñónez es simple para encontrar zonas despejadas. Crea peligro a base de multiplicar los pases que llegan a todos lados.
Su destreza como recuperador y ajuste en los relevos, lo hacen útil. Sabe habilitar a un compañero en salida, como también encontrar la grieta entre un cúmulo de piernas para activar un ataque. Emelec se arma del medio hacia los costados. Romario Caicedo es punto de fuga para descongestionar el juego. Dársela a Mondaini es un mandato lógico.
Favorece el lucimiento de los demás. Su buena marca es reveladora. Cierra entre el delantero que asecha y el arco. Veloz y fuerte en la banda, traba y lucha. Sus lanzamientos terminan en el punto penal como punto fijo o referencia. Ahí donde van los delanteros a definir. Como lateral cuando se va al ataque, vuelve a la misma velocidad, sino lo hace le ganan la espalda. Su fútbol está compuesto de otros valores indómitos como garra, alma, eso que se llama temperamento.
AB. ROBERTO BONAFONT - @RobertoBonafont
COLUMNISTA
