viernes, 22 de junio de 2012

Marcos Caicedo del crepúsculo al amanecer


Fleitas le hizo el vacío en Emelec y eso lo llevó a la nada; Caicedo comprendió su  desolación. La despedida del Bombillo fue oscura y despiadada . Una pesadilla remota. El sol era una visita aislada, un peregrino . Las nubes volaban sin prisa.  La mañana era atardecer , la tarde era crepúsculo , y el crepúsculo , réquiem para una quimera. Marcos caminó tanteando el aire, con aspecto de desamparo propio de los que están de más. No habían ruidos , ni pájaros . Sólo los palos de los arcos enfrentaban inmóviles el viento ardiente del trópico. Las peores guerras contra un entrenador se declaran en silencio. Para Fleitas el jugador fue duda en su mundo de ¨ certezas ¨. Un monumento al absurdo. La culpa no es del que ya no quiere ,sino del que se queda. ¨ Ese día sentí  que dentro de mí, el aire se terminaba ¨, manifestó el jugador y buscó equipo. El tiempo pasó , pisó fuerte y dejó marcas.  El Nacional fue la armonía recobrada . Porque el miedo es la única cosa que se vuelve más pequeña cada vez que te acercas ella.  Caicedo necesitaba un maestro no un verdugo.  Está aprendiendo a aplicar velocidad al juego ,a su diagonal interior. Ha mejorado su pausa ; sin ella terminaría chocando . Hace uso perfecto de su figura  para cuidar la pelota y buscar perfiles de regate y asistencia. Lanzador diferencial a balón movido. Muchas veces se ubica detrás del punta para llegar en segunda línea. Vigor y claridad; temperamento para agrandarse frente a defensas fuertes y duras como las de Perlaza y Saucedo . En el Monumental gambeteó a los dos y  sacó un remate de fábula sin denunciar la dirección :un golazo. En la segunda anotación , desbordó y se acercó  al  área e inventó una asistencia picada a la cabeza de Anangonó  y gol (Barcelona 1 Nacional 2). Simbiosis armoniosa de fe , talento y revancha sin rencores. Marquitos  es ilocalizable, siempre viene, nunca está. Un talento grande vive por encima del rechazo, de la injusticia y del dolor.¨ Cuando el entrenador me hizo el vacío , yo estaba convencido que no  cabía en el ¨.

Romario Caicedo

Si un jugador no tiene noción de sus debilidades, difícilmente puede mejorar. La disciplina es una escuela de aprendizaje. El reto de todo p...