En el Clásico del Astillero de ayer faltaron los goles, pero el árbitro Alfredo Intriago se encargó de que las tarjetas estuvieran a la orden del día.El juez superó en protagonismo a los irresolutos atacantes de Barcelona y Emelec, al exhibir nueve cartulinas amarillas y tres rojas.
No solo los continuos roces de los azules y canarios en el medio campo trabaron el juego, la situación también fue atizada por el árbitro Intriago, quien paralizó continuamente el juego, olvidando en la mayoría de los casos la norma de la ventaja.
Emelec tomó la iniciativa en el ataque, a pesar de alguna complicaciones previas en la propuesta táctica de Jorge Luis Sampaoli, quien prescindió del zaguero lateral derecho Carlos Quiñónez, quien tuvo que ser hospitalizado el sábado pasado por dolores en la ingle.
El cuarteto ofensivo azul, con David Quiroz, Joao Rojas, Santiago Biglieri y Jaime Ayoví llegaron insistentemente al área de Máximo Banguera, y fueron una constante amenaza para el juvenil Denis Quiñónez, quien debió respaldarse con Cristhian Sánchez, que sacrificó su tarea de creación.
Pero en la puntada final ni Ayoví, ni Rojas pudieron superar la solvencia del golero Banguera, quien al final fue una de las figura destacadas del tradicional duelo.
A los 18 minutos, Quiroz puso la alerta cuando disparó un potente remate, pero el balón fue amortiguado por la pierna del defensa José Luis Perlaza y llegó fácil a las manos de Banguera.
